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sábado, 30 de octubre de 2010

Cuando no bajas de peso.




Tu rutina es muy rutinaria
Si conservas la misma rutina de ejercicios por meses o años, lo más probable es que no veas diferencia en tu peso o condición física. Los músculos tienen memoria y si no varías tu régimen es muy posible que tu progreso se estanque. Si asistes a un gimnasio, trata de cambiar con frecuencia las máquinas de ejercicio cardiovascular o de levantamiento de pesas. Explora clases como yoga y pilates que reten tu condición. Si trotar es tu fuerte, trata de añadir natación o excursionismo, la variedad también evitará que te aburras de ejercitarte.

Adicción a los edulcolorantes
No te dejes llevar por los productos que se venden como dietéticos sólo porque contienen edulcolorantes (aditivo para los alimentos que duplica el efecto del azúcar sin las calorías). Los productos con sustitutos del azúcar suelen tener menos calorías, cierto, pero esto no significa que puedes ingerirlos sin control. Un estudio de laboratorio con ratas comprobó que estas consumieron 90 por ciento más del yogurt endulzado artificialmente que del regular. Recuerda leer cuidadosamente las etiquetas y que no todo lo que contenga edulcolorantes es bueno para ti  especialmente si no ejerces moderación.

No consumes alcohol Las probabilidades de obesidad son un 17 por ciento menos en personas que consumen una o dos bebidas alcohólicas diarias que los que no consumen, de acuerdo a un estudio de ocho mil no fumadores. Pero no te apresures a agarrar la botella, quienes abusan de las bebidas alcohólicas tienen mayor tendencia a ser obesos, especialmente si no es su costumbre consumir tragos. Si uno o dos tragos diarios es tu máximo, puedes continuar esa práctica.

Tu manejo del estrés
Para muchas personas es un verdadero reto mantener su peso cuando sufren de estrés. Hay quienes asimilan el estrés o problemas emocionales como la ansiedad, la soledad o el aburrimiento a través de la comida y las opciones más buscadas no son tallos de apio sino comidas poco nutritivas altas en grasa y con alto contenido de azúcar. Trata de identificar las situaciones que te estresan y antes de buscar consuelo en la comida practica ejercicios de meditación o sal por una caminata cuando te veas en momentos de tensión.
Eres carnívoro
A pesar de todos los defensores de las carnes rojas, estudios establecen una relación entre la obesidad y los carnívoros. Un 40 por ciento de los omnívoros (quienes se alimentan de productos de animales y plantas) sufren de obesidad comparados con un 29 por ciento de semi vegetarianos (ingieren pollo y pescado) y un 25 por ciento de vegetarianos estrictos. Para bajar unas libritas, deja el asado y consume menos productos de animales.

La vida en pareja
La vida en pareja es otra de las causas que dificulta perder peso. Un estudio de 32 años encontró que cuando una de las partes se torna obeso, el otro tiene un 37 por ciento de mayor probabilidad de hacer lo mismo. La solución es simple: en lugar de que las 'actividades de pareja' consistan en rentar películas y mirarlas mientras se devoran comida china, hagan el esfuerzo de crear hábitos saludables como ingerir comidas balanceadas hechas en casa y ejercitarse regularmente.

Ingieres calorías vacías
Piensas que evitar el pan u otros alimentos "engordantes" es la clave y, aunque eso contribuye a mantenerte en la línea, es lo que ingieres sin conocer el contenido calórico lo que más te afecta. Tal vez no tomas en cuenta ese latte vespertino que tomas todas las tardes, cuando te juntas con compañeros para tragos después del trabajo y los refrescos que ingieres durante el día. Esas son calorías vacías sin valor nutritivo que te harán compensar la carencia de nutrientes con otros alimentos, lo que puede ser posible que aumente en exceso las calorías totales.

Sólo comes ensalada Piensas que no es justo, sólo comes ensalada y no bajas una onza. Pero si cubres tu lechuga y tomates con aderezos altos en grasa no verás diferencia en la báscula. Una porción de restaurante del aderezo Ranch puede contener hasta 330 calorías, casi lo mismo que una hamburguesa pequeña. Opta por un aderezo como vinagreta o bajo en calorías y pídelo aparte para que puedas controlar la cantidad.
Los crotones son preparados con mucho aceite y queso parmesano, media taza puede añadir a tu ensalada 100 calorías. Mucho ojo con acompañamientos como el queso, trocitos de tocineta, jamón y salami porque estos son altos en grasa saturada. Otros acompañamientos en los que se necesita moderación son el aguacate, nueces y semillas.
Si prefieres el aceite de oliva, procura controlar su consumo porque aunque es más nutritivo, calorías son calorías y estas se suman.


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